¿Cómo limpiar correctamente los suelos en los centros sanitarios?

Mantener los hospitales limpios es crucial para la seguridad de los pacientes. Los protocolos de limpieza adecuados son una parte importante de una estrategia global para reducir el riesgo de infecciones asociadas a la atención sanitaria.

La facilidad de limpieza y la resistencia química de pisos para hospitales y clínicas que son los dos criterios más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar los materiales y los acabados.

La elección de los productos y equipos de limpieza adecuados es tan esencial para una limpieza eficaz como la formación de los propios limpiadores.

Tenga en cuenta los siguientes factores a la hora de establecer las rutinas de limpieza.

  • El nivel de riesgo de infección de una zona determina su protocolo de limpieza y su frecuencia de aplicación.
  • La limpieza es fundamental para una buena higiene hospitalaria.
  • La desinfección debe limitarse a las zonas de riesgo grave y muy alto y sólo en caso de infección.
  • La limpieza es un requisito previo a la desinfección

Limpieza y desinfección del suelo

La limpieza consiste en la eliminación de material extraño (por ejemplo, polvo, tierra, material orgánico como sangre, secreciones, excreciones y microorganismos) de la superficie. Es fundamental eliminar rápidamente las manchas y los derrames de sangre y sustancias corporales.

La limpieza no mata necesariamente los gérmenes, pero al eliminarlos disminuye el riesgo de propagación de la infección.

La limpieza de los suelos consiste en pasar una mopa en seco para eliminar el polvo y los restos, seguida de una mopa húmeda con un detergente para limpiar.

Los suelos son superficies que se tocan poco y que rara vez entran en contacto con las manos de los pacientes/residentes o del personal sanitario; normalmente no se requiere el uso de un desinfectante.

La desinfección es un proceso que mata a los microorganismos y debe considerarse cuando los riesgos de infección son elevados y en caso de brotes.

Sin embargo, es fundamental recordar que la desinfección debe realizarse siempre después de una limpieza eficaz, ya que la mayoría de los desinfectantes pierden rápidamente su eficacia en presencia de materia orgánica.

Por ello, antes de utilizar un desinfectante, asegúrese de que el suelo está limpio y libre de tierra visible y otros elementos que puedan reducir el impacto del desinfectante.

Y desinfecte sólo cuando sea necesario: en las áreas clínicas y allí donde el riesgo de infección sea alto o se produzcan brotes.

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